lunes, 29 de mayo de 2017

Ni un voto mas al PRI

Las evidencias son abrumadoras en contra del PRI, tal como lo fueron en el 2012. En el 2012 me argumentaron sus seguidores que había que darles el beneficio de la duda porque supuestamente se trataba de una nueva generación de jóvenes bien preparados y bien intencionados que no se podían exponer a hacer las cosas mal temiendo que ahora si ya nadie mas votaría por ellos. En ese entonces yo no me la creí porque se trataba de un ejercicio de fé ciega. No había evidencia de que el PRI hubiera cambiado, al contrario. El resultado fue que mucha gente voto con el estomago y no con la razón. Cuando yo tengo que depositar mi confianza en alguien, lo hago basándome en una observación detenida de su comportamiento pasado y presente. Si alguien que me robó mi coche me pide las llaves de mi nuevo coche porque me jura que ya cambió, tengo que ver que hizo esa persona para cambiar, si de verdad fue a terapia y su terapeuta me da un reporte de sus avances, aun así le daría mis llaves con cautela. El PRI en 2012 nos juró que había cambiado, que había aprendido la lección cuando en ese entonces el Estado de México ya era un verdadero Estado de guerra y miseria. Los mexicanos votamos en contra de las evidencias. Hoy cual es el pretexto, cual es el razonamiento de los seguidores del PRI para seguir votando por ese partido de gente cegada por una sed insaciable de poder. Y si, los demás candidatos estan para el perro. Los demás candidatos seguramente también entran en este perfil de gente delirante de poder, pero si habemos de propiciar el cambio de México sin violencia tendrá que ser paso a paso y creo que el primer paso debe de ser que el PRI desaparezca, que cuando menos se sientan obligados a cambiarle el nombre, los colores, que se tengan que cambiar sus sedes. Y mi razonamiento para escoger por quien votar en las próximas elecciones federales va por pura eliminación. El PRD ya tuvo su oportunidad de demostrar que sabia gobernar y no lo hizo ni en Zacatecas ni en la capital. El PAN fue un desastre en el gobierno federal de no ser porque supo cuidar las arcas de la nación y eso relativamente pero le faltó combatir la corrupción como es debido que finalmente es el verdadero problema de México. Y todos absolutamente todos han respondido a las reglas del sistema neo-liberal que esta llevando al mundo entero a la miseria excepto a los mas ricos y poderosos. Adivinen quien queda como opción final ante este bonito panorama. Yo me abstendría de votar pero ya me han dicho que eso no sirve para nada mas que para dejar mi conciencia tranquila y que eso no sirve a nadie. Háganle como quieran, pero ni un voto mas al PRI.

miércoles, 11 de febrero de 2015

Voto Nulo 2015


Imagínense, esta imagen la hice en el 2010.
En ese entonces, me llovieron todo tipo de argumentos de porque estaba yo en un error al pretender anular mi voto.
La urgencia en ese entonces era evitar que el PRI regresara a la presidencia.
El argumento de los que me llamaron la atención en ese entonces era que el PRI usaría los votos nulos para ganar la elección. Al final, no requirieron de los votos nulos para ganarla. 
El argumento esencial que con el que yo defendía en ese entonces la anulación del voto era que todos los partidos son igual de corruptos pues la carrera de político tiene un solo objetivo que es el de la obtención de poder y riqueza individual y nada mas.
Sin embargo los simpatizantes de Lopez Obrador insistían en que él no era corrupto y que era la mejor opción.
Yo vote por el PRD en ese entonces no tanto por realmente creer en Lopez Obrador sino con el afan de darle una oportunidad de robar y hacer tranzas a la izquierda ya que los demás ya habían tenido su oportunidad. También vote por el PRD con la intención de que quedara de una vez y para siempre demostrado que todos los partidos y todos los políticos son iguales.
No dudo que exista por ahí dos que tres políticos honestos que traten de hacer bien las cosas pero no son en definitiva la mayoría.
Hoy, regreso a mi argumento de que no hay partido político que se salve, sobre todo ahora que la oposición esta desquebrajada y que el PRI demostró ser mas voraz y salvaje de lo que creímos posible.
Hoy en día veo aun con mayor claridad que no hay otra alternativa mas que anular mi voto.
No encuentro razonable la opción que ofrecen varios analistas de que hay que votar por los partidos chicos o por aquel que uno considere es el menos peor.
Votar por el menos peor lleva consigo la misma lógica de tener que escoger entre vomito de perro y vomito de rata para comer.
A lo mejor el vomito de perro es menos tóxico que el de rata, pero acaba siendo vómito.
La única opción sensata es decir, no me gusta el vomito y no pienso comerme ni el de perro ni el de rata.
Para negarse a apoyar a los partidos políticos y al sistema corrupto que tenemos hay dos opciones.
Abstenerse de votar o anular el voto.
El abstencionismo manda un mensaje claro: Hagan lo que quieran, a mi no me importa. Mensaje que de inmediato da un cheque en blanco a los políticos.
La anulación del voto por otro lado aun sin reconocimiento legal, manda el mensaje de que en efecto si nos importa México y que a los que no queremos son la los políticos y su estilo de vida.
Creo que ha llegado la hora de dejar de ver a México en colores, ya sea amarillo, azul, turquesa o tricolor y empezarlo a ver en tonos de grises, ya que el panorama de todo México es terriblemente gris. 
Ya basta de estar señalando nombres, que si Salinas que si Ebrard, que si Lopez Obrador, que si Peña Nieto. Si, habría que fusilarlos a todos, lo tendrían bien merecido, unos mas que otros, pero eso me temo que solo saciaría nuestro deseo de venganza y poco contribuiría en solucionar las grandes injusticias del país.  
No es a los hombres a los que hay que eliminar sino a su estado mental.
Es el estado mental de estas personas el que compartimos un gran numero de mexicanos que buscamos destacar de entre la masa a cualquier precio.
Ese estado psicológico que obliga a mis compatriotas a corromperse con tal de tener poder y dinero es lo que realmente debemos atacar y erradicar del país.
Al no haber eliminado ese estado mental en todo este tiempo, lo que hemos visto es que hemos tenido ya tres guerras entre nosotros para supuestamente corregir el rumbo de un país que nació endeudado y corrupto y las tres han fracasado rotundamente en su búsqueda de enderezar al nave.
Al final de esas tres guerras, la de independencia, la de reforma y la de revolución han venido las grandes negociaciones entre los bandos beligerantes para tratar de perder los menos privilegios posibles. De eso está hecha la historia de México. Mejor negociamos para mantener las cosas en su lugar, sin cambio, sin progreso y sin justicia para la mayoría pero con nuestros privilegios intactos.
El primer paso creo yo para lograr cambiar esto es mandando un mensaje de hartazgo a todos los partidos, a todos los políticos, sin distinguir entre colores.
El primer paso es quitarles la legitimidad que les da el voto popular.
El primer paso creo yo es anular nuestros votos. 
  







jueves, 23 de octubre de 2014

Votaciones 2015

Aquí vamos de nuevo. Una campaña electoral mas. La mercadotecnia política a todo lo que da.
De hecho creo que aparte de los propios políticos los verdaderos ganadores de tantas mentiras y tantas sandeces son los mercadólogos políticos.
Los spots publicitarios de todos los partidos los encuentro francamente ofensivos. Apuestan a la clásica falta de memoria que ha formado parte esencial de la sociedad mexicana por generaciones, pero que cada vez es menos posible practicarla gracias a la gran cantidad de diferentes fuentes de información que evitan que se nos olviden las cosas.
La llamada oposición está peor que nunca, está débil, dividida, y con una falta de credibilidad total.
No se quien les puede creer.
Lo peor es que hablan en un tono que pretende aparentar que ellos nunca han estado en el gobierno y que todo lo malo que ha pasado en México ha sido por culpa del PRI y para nada consideran las oportunidades que ellos ya han tenido para cambiar las cosas y no lo han hecho ni en lo mas mínimo.
En la otra esquina tenemos al PRI, el cual, ha recobrado toda la fuerza que en algún momento tuvo y que está implementando de la misma forma que siempre lo ha hecho, de forma prepotente, violenta y desquiciada.
El problema esencial y que parece que nadie quiere mirar muy de cerca porque implicaría que tendríamos que cambiar todo el sistema democrático en general, es que nuestros partidos políticos, y para el caso los de cualquier otros país, no son lo que dicen ser.
Especialmente en México no son organizaciones populares para la generación ideas políticas basadas en una ideología. Ideología, ¡que va! Son a todas luces, negocios particulares financiados con dinero publico para obtener riqueza y poder. Nada mas.
La riqueza y el poder son ambiciones humanas universales, sin embargo creo que en México y otros países pobres, cumplen un papel singular: el de permitirle a los interesados a dejar de pertenecer al populacho y poder ingresar a grupo privilegiado alejado del subdesarrolllo dentro de un país subdesarrollado. 
Cuando los mexicanos conservadores trajeron al pobre de Maximilano para que fuera Emperador, lo hicieron entre otras cosas para poder mantener una aristocracia mexicana que claramente marcara las diferencias entre los mexicanos de alcurnia y la indiada.
Ese ha sido el objetivo primordial de los mexicanos desde 1821, alejarnos a como de lugar de nuestro pasado indígena, pues lo consideramos incivilizado y atrasado.
El mismo Juarez quería acabar con la desigualdad social, educando a los indígenas a la europea, tal y como él se había educado. Juarez nunca fue partidario de conservar tradiciones ni lenguas autoctonas. El quería estandarizar al país con leyes y normas sociales venidas de Europa y copiadas de los Estados Unidos.   
Por eso años mas tarde, en un acto muy simbólico, entubamos todos los canales de la Ciudad de México pues nos recordaban nuestro pasado indígena alejado del progreso europeo.
Sin embargo, contradictoriamente, cuando necesitamos hablar de identidad nacional, entonces recurrimos a los trajes típicos, las artesanías y a las pirámides, aunque siempre vistas desde una distancia prudente que nos permita no ser asociados a ellas muy directamente. 
Durante todos estos años los mexicanos no hemos sabido resolver el conflicto de sentirnos europeos, de vivir con normas, ideas y tradiciones europeas, pero haber nacido y tener que vivir en la tierra del maíz. 
En este sentido, la política en México siempre ha sido la herramienta mas eficaz para aquel que avergonzado de su pasado, ya sea el familiar, el social o el histórico, y que busque desligarse de él, lo consiga pasando a pertenecer a una categoría supuestamente superior de manera rápida.
Lo que tenemos en México actualmente no es otra cosa mas que una aristocracia disfrazada de gobierno institucional.
No soy el primero ni el mas preparado en haber mencionado lo anterior. 
Sin embargo considero que es importante evidenciar que seguimos teniendo una aristocracia con todos sus privilegios y comodidades en un país que ha enfrentado una guerra de independencia, una guerra de reforma y una revolución armada justamente para evitar que perdurara la aristocracia.
Sin embargo, a pesar de que se trata de una aristocracia a la antigua con todas sus características esenciales, existe una notable diferencia   
Antes al monarca lo elegía Dios, lo cual le daba legitimidad a su poder. 
Hoy ya no es Dios sino los votantes los que legitiman el poder del gobernante, y hemos visto hasta el hartazgo como utilizan dicha legitimidad para defender lo indefendible.
Esto me lleva a proponer lo siguiente.
Hasta el cansancio se ha repetido que la definición de locura es hacer siempre la misma acción esperando un resultado distinto.
Siguiendo esta definición los mexicanos estamos realmente desquiciados porque elección tras elección vamos a las urnas a votar a veces por el azul, luego por el amarillo, luego por el verde y luego otra vez por al azul, esperando en cada ocasión que las cosas cambien.
Estamos haciendo lo mismo una y otra vez esperando un resultado diferente. Estamos por ende, locos.
Yo considero que una forma de sacudir a la aristocracia es quitándose su escudo de legitimidad.
Creo que el voto nulo haría justamente eso.
Mucha gente le tiene miedo al voto nulo porque argumentan que tan solo beneficiaría al PRI.
Yo considero que el PRI cuenta con una maquinaria mucho mas poderosa y efectiva para ganar elecciones que no requiere en lo absoluto de los votos nulos para ganar.
Otros dicen que el voto nulo no tiene reconocimiento legal, lo cual es cierto, pero ya viene siendo la hora de que lo tenga.
A veces pareciera que México solo tiene dos opciones, o la paz corrupta e indecente de siempre o la guerra de revolución. 
Yo considero que hay un tercer camino: quitémosle la legitimidad a los políticos anulando los votos.
A ver que pasa. 
Nunca lo hemos hecho.
Ya viene siendo tiempo de hacer algo distinto, lo que sea, incluso solo por el afán de hacer algo distinto.
Yo anularé mi voto porque no tengo otra opción, no le creo a ningún partido. Yo solo veo a una aristocracia moderna muy solida y muy fuerte que mantiene y legitima sus privilegios elección tras elección.
















Ayotzinapa

Ayotzinapa es una población enclavada en medio de la selva guerrerense, en el municipio de Tixtla de Guerrero. Ojala que me hubiera enterado de su existencia porque algún oriundo de allá hubiera ganado un premio nacional de matemáticas o por haber realizado alguna proeza deportiva como los niños baquetbolistas de Triqui Oaxaca. Pero no.
Nueve muertos y 43 desaparecidos fueron la razón de que me enterara de que este pueblo existía en medio del estado de Guerrero.
El dolor y la tristeza que siento al escribir esto es inconmesurable. He tenido que detenerme en varias ocasiones para llorar y tomar aire.
Por supuesto que estoy consiente de que esta no es la primer matanza ni la mas numerosa que ha ocurrido en el país. Recuerdo perfectamente Aguas Blancas en el 95 y la masacre de Acteal en el 97.
Ambas masacres hasta donde recuerdo quedaron impunes. No se castigó ni se encarceló a nadie.
Habría que corroborar esto que escribo pero estoy casi seguro de que asi fue.
Yo he hecho un análisis muy personal de porque nuestro país solo funciona con corrupción y con violencia. Nadie lo toma en serio.
Creo que nadie lo toma en serio porque tomarlo en serio implicaría que cada individuo tomara consciencia de la responsabilidad que tiene para consigo mismo y para con la sociedad, de corregir su propias deficiencias de carácter y problemas emocionales que, cuando se suman, se convierten en un verdadero problema de salud que evita que podamos convivir en sociedad de manera sana.
He visto como estas deficiencias en el carácter de los mexicanos han destruido personas, familias, negocios, empresas y finalmente  tienen al país sumido en el subdesarrollo, en un atraso educativo vergonzoso y en un ambiente de injusticia, impunidad y violencia intolerable. 
Yo he sido testigo de como la falta de reflexión, la inmadurez y nuestro terrible complejo de inferioridad han destruido las vidas de muchas personas a mi alrededor. Yo mismo he tenido que sobrevivir a todo lo anterior y por supuesto que no salí ileso.
Pero lo peor, es que he sido testigo de como todo lo anterior crea políticos. En alguna época estuve rodeado de los mejores estudiantes de distintas carreras vinculadas con la política como Economía, Derecho y Ciencias políticas, de diferentes escuelas como la UNAM, el ITAM y la Libre de Derecho.
La falta de ética, la falta de valores y los delirios de grandeza son características que pude observar ya traen estas personas desde antes de comenzar a estudiar sus carreras. Estas características que lamentablemente, definen a los políticos de hoy y de siempre, no las obtienen una vez que consiguen un puesto político. Tampoco las aprenden de sus profesores en la facultad. ¡No!. Las traen desde sus casas. Sus familias, sus padres, son los responsables de haber creado megalomanos incompetentes. He observado hasta el cansancio como estas personas para cubrir necesidades emocionales truncas, encuentran en el camino de la política un medio muy eficiente, para crearse a si mismos una imagen de éxito de manera rápida, que no puede sino ser ficticia, pues el éxito genuino se debe obtener de manera lenta pero segura, a través de un crecimiento personal basado en el esfuerzo individual, y de la madurez obtenida  través de la reflexión y el estudio.
Ese es mi diagnostico de lo que yo pude observar motivaba a esos jovenes estudiantes a perseguir un puesto dentro del gobierno. Estoy convencido que una gran mayoría buscaban esconder un grave complejo de inferioridad a través de ostentar un cargo de poder en el gobierno obteniendo asi mismo atención y dinero.
Es difícil entender que un megalomano es como es, debido a un grave complejo de inferioridad que es directamente proporcional al grado de su megalomanía.
Asi mismo será difícil que alguien pueda aportar pruebas científicas para verificar si lo que estoy escribiendo es verdad, pero la historia y la psicología no son ciencias exactas, y siempre dependerán de la interpretación para ofrecer una respuesta.
Mi interpretación de la matanza del 2 de Octubre de 1968 es que el presidente en turno Gustavo Diaz Ordaz se sentía feo. Era feo. Basta con ver la cara de mandril mal caricaturizado que tenía. Diáz Ordaz vivió bajo la sombra de su predecesor el presidente Adolfo Lopez Mateos. Lopez Mateos que era guapo y se codeaba con mandatarios, estadistas y celebridades por igual, viviendo la vida del jet set a todo lo que daba. Diaz Ordaz envidiaba eso. 
Diaz Ordaz quería ser querido (muy similar a lo que describen los gringos que pasó con Nixon) quería ser admirado como lo había sido su predecesor ,el cual, en su momento le dió la bienvenida a Jhon F. Kennedy a México con bombo y platillo.
Hay fotos de los dos flamantes presidentes recorriendo la Av. Juarez y que por ser atractivos los dos, son fotos muy fáciles de ver.
Las fotos de Diaz Ordaz uno las evita.
Esto siempre le dolió al presidente Díaz Ordaz, el cual, solo pudo reaccionar de manera visceral cuando se enteró que unos estudiantes se estaban manifestando en contra de su gobierno justo unos meses antes de la que pretendía ser la obra cumbre de su mandato: Los juegos Olimpicos de 1968.
Ese evento pretendía mostrar al mundo lo civilizado y progresista que era el México moderno y que en menos de una generación ya habíamos podido dejar atrás las matanzas sangrientas de la revolución.
Este mensaje lo tenía que mandar México durante su sexenio si o si. 
Diaz Ordaz no iba a permitir que nadie se le subiera a las barbas, bajo ningún punto de vista.
Ya bastante había sufrido bajo la sombra de Lopez Mateos como para ahora ya que por fin era el máximo jerarca, lo hicieran  quedar mal ante el mundo unos cuantos estudiantes rijosos. Así que mando un claro mensaje de quien era el que mandaba. Aquí mandó yo. Y mandó matar a los manifestantes en Tlatelolco.
Según mi hipótesis, Diaz Ordaz pensaba tan poco de si mismo, que tuvo que recurrir al genocidio para poder sentirse importante.
Yo considero que el perfil psicológico lo es todo y lo explica todo, por encima de intereses políticos, decisiones de estado y negociaciones financieras. Lo malo es que nadie parece darle importancia.
Hoy que la violencia y la corrupción hicieron que desaparecieran 43 normalistas en Ayotzinapa, se pone una vez mas en evidencia que el gobierno está en un estado de corrupción inusitado con el crimen organizado infiltrado completamente hasta puestos bastante altos en el organigrama gubernamental. Yo estoy de acuerdo con todos aquellos que piden a gritos que haya un golpe de estado y se fusilen a todos los gobernantes. Perfecto. Matémoslos a todos.
Sin embargo me pregunto, ¿Una vez que hayamos quemado los cuerpos y lavado la sangre del piso y las paredes, a quien vamos a poner a gobernar?
¿Quien se siente con la madurez necesaria, con la sabiduría adecuada, con el valor suficiente para hacerle frente a un país tan desigual que nació corrupto y sin valores?
¿Quien tiene la calidad ética para tomar decisiones evitando que sus propias deficiencias emocionales interfieran y acabe corrompiéndose?
Yo honestamente desconfió bastante de la mayoría de mis compatriotas.
Lo que yo veo es que los mexicanos nos despreciamos los unos a los otros. Seguimos despreciando nuestro pasado indígena. Todos los ríos de la ciudad de México los entubamos, los escondimos bajo tierra, porque nos recordaban nuestro pasado indígena, pobre, atrasado y sometido por el yugo español. Mientras nos sigamos despreciándo a nosotros mismos con tal fuerza y claridad,  yo seguiré desconfiando.
Es evidente que seguimos añorando ser completamente europeos. Güeros y altos. No chaparros y prietos. Cualquier mexicano que pretendía destacar en tiempos del porfiriato tenía por fuerza que irse a estudiar a Francia. Solo así podía uno lavar su origen humilde mexicano y aspirar a una vida mejor. Hoy sin una maestría o un trabajo en el extranjero el mexicano no es nadie.
Aquel que logre deshacerse de su origen mexicano podrá crecer y destacar, quien se quede en el país cerca de su origen mexicano será por mediocre y agachado. Es importante aclarar que esto no es real pero lamentablemente si es lo que pensamos que es real.
Y esto es asi, no porque lo diga yo. Esto lo vienen diciendo gente mucho mas preparada que yo como el historiador Samuel Ramos que escribió "El perfil del hombre y la cultura en México". Libro que debería ser el punto de partida para un cambio genuino en este país y que vengo recomendando desde que el actor Darío T. Pie recomendó su lectura en un programa de radio en el lejano 2005.
Aqui dejo un link para quien tenga el valor de leerlo lo haga.

Parece ser que en México, solo tenemos dos perfiles disponibles en nuestra sociedad. Los que se sienten superiores a los demás ya sea a través de su fortuna, por sus estudios o por el puesto de poder que ostentan. Abusivos y prepotentes. Y los que nos sentimos menos, oprimidos y sin oportunidades de progresar. Las pobres víctimas.
Esta visión extremista de la vida solo cabe en una mente inmadura con emociones infantiles.
Históricamente dentro de México siempre ha sido mas fácil que un extranjero consiga un puesto directivo que un mexicano. Seguimos haciendo distinciones por nacionalidades, color de piel, por apellidos, pero sobre todo por dinero.
Esto solo lo puede hacer una sociedad con valores humanos de pésima calidad.
Lo malo es que los valores humanos no se aprenden en la primaria, ni en la facultad, ni en el senado de la república. Se aprenden a través del ejemplo de los padres.
Ahi es donde estamos fallando terriblemente los mexicanos.
Estamos teniendo hijos sin la consciencia suficiente de lo que eso implica.
Sencillamente, tenemos hijos por razones que no tienen nada que ver con tener una genuina vocación de educar y formar a otro ser humano. De ahí que México se haya convertido en un semillero de empresarios, políticos, burócratas, policías, y de mas oficios, prepotentes, corruptos e incompetentes.
Los políticos y los empresarios no son una raza aparte. No son invasores de otro país que llegaron a México a saquearlo.  Nuestros políticos y empresarios son mexicanos, como cualquier otro, salidos de familias mexicanas como cualquier otra. 
Los mexicanos no valoramos el conocimiento científico, lo despreciamos por que nos acera irremediablemente a la realidad y mejor preferimos usar en su lugar una especie de pensamiento mágico que nos hace pensar que por haber sufrido en la vida o por habernos portado bien, alguien mágicamente nos va a recompensar providencialmente.
Sentimos que evaluar las evidencias y hacer un juicio apegado a la realidad es algo indeseable porque no da cabida a la esperanza o a la buena suerte. 
Una decisión basada en nuestra evaluación de las evidencias nos hace responsables directos de sus resultados, y eso es algo que no nos gusta. Preferimos depender del azar. En una de esas es chicle y pega, no le eches la sal.
Chava Flores nos describió asi: A que le tiras cuando sueñas mexicano, y nos da risa, cuando lo que nos debería de dar es vergüenza.
Pero claro, los corruptos, abusivos e incompetentes siempre son los demás, a mi mi mamí me educó muy bien y si hago actos de dudosa ética  es porque tengo una buena justificación.
Castiguen a todos los políticos que quieran, se lo merecen. Pero cuidado porque no tenemos mejor material humano para sustituirlos. Solo cambiando nuestra forma de ser desde la raíz, de manera responsable e individual es como podremos pretender soltar nuestra pesada herencia cultural llena de traumas, injusticia y sangre para empezar a contar con seres humanos de mejor calidad ética que ahora si nos permitan construir algo mas justo para todos los que habitamos este pedazo de tierra.
Yo honestamente no encuentro otra manera.